Géneros y otras cárceles


Esta mañana estuve escuchando a María Llopis en la jornada Géneros y otras cárceles: Representaciones subversivas de los cuerpos en las artes audiovisuales en la Universidad Carlos III. También estaban Carmen G. Durán (autora de Dandysmo y contragénero, libro que por cierto me regaló tiempo ha mi amigx Sara) y Carmen González Marín (esa antigua profesora que no debe recordarnos pero que ha marcado tanto a unas cuantas de mi clase). Aparte de la fascinación groupie de ver en persona a María Llopis, escuché y aprendí sobre una serie de cosas que me gustaría no olvidar.

Descubrí a los Mosúo, una sociedad de unas 40.000 personas que se ordena de forma matriarcal dentro de China. Relativizamos la "normalidad" de la forma monógama de relacionarnos y de la unión monógama como núcleo de la sociedad, no sólo en cuanto a su carácter de construcción cultural, sino al poco tiempo (relativo) que lleva vigente. Me gustó cuando María Llopis hizo referencia al control de la sexualidad de las mujeres como eje central del sistema económico-social en el que vivimos y que, entonces, trabajar desde nuestros úteros y desde nuestros coños se convierte en una de las prácticas más radicales posibles.

Conocí (a estas alturas) a Suzanne Lacy y a Judy Baca. Hablaban de la edad y el envejecimiento como otro eje de los cuerpos y de su representación. Carmen G. Marín retransmitía una crítica que había escuchado en otra mesa redonda, sobre la invisibilidad de los cuerpos viejos dentro de las representaciones visuales posfeministas y queer. Me gustó como se respondió a esto desde la filosofía punk del DIY (hazlo tú mismx): está bien criticar las representaciones visuales actuales, pero el posporno nació precisamente por esto: "si no te gusta el porno que hay, háztelo tú mismx". Las obras o las representaciones pospornográficas que podemos encontrar surgen de las inquietudes políticas (y de las pulsiones sexuales) de las personas que las han producido; si tú no estás incluidx, genera tu propio contenido.

Me gusta esto aplicado a un contexto más amplio: si no te gusta lo que hay, háztelo tú mismx. Últimamente me ha afectado más de lo debido la impotencia ante todo lo que nos rodea, como si no tuviera fuerzas para intentar cambiar nada. No puedes "hacerte tú mismx" el sistema económico y no puedes "hacerte tú mismx" el funcionamiento más o menos represivo del estado, obviamente, pero sí puedes (a veces) hacerte tú mismx el entorno más cercano e intentar conseguir un pequeño efecto bola de nieve.

También se habló de la posibilidad de manejar las reglas dolorosas y se habló de los partos orgásmicos. Se criticó a la institución médica (los de la bata blanca que han sustituido a los de la sotana negra), lo que como consumidora "crónica" de medicación siempre me duele un poco. Se habló de la violación. Se habló de reapropiaciones. Se habló de la violencia. Se habló de Virginie Despentes. Se habló de prostitución y de cómo puedes vivir la explotación del sistema en una fábrica más duramente que en el trabajo sexual. Se habló de la performatividad del lenguaje y del femenino plural genérico como reproductor de mujeres. Siempre me da fuerza escuchar a gente que sabe tanto y que, encima, lo expresa tan bien.

La imagen es María Llopis por Shu Lea Cheang.


Policía del género

 
Esta mañana he estado en otro instituto impartiendo los talleres.

Me ha gustado cómo lxs propixs alumnxs han sido partícipes de diseñar un sistema de cajas para explicar el género, cajas cuyos límites eran más o menos fluidos según el momento, el lugar y elx interlocutorx.

Cuando me dicen que el problema es de la sociedad, les cuesta asumir que la sociedad somos todxs nosotrxs.

"Al final, en este mismo instituto, pero en todas partes, es como si fuéramos todxs y cada unx de nosotrxs policías del género, vigilando que nadie se salga de su caja, que los chicos sean como se supone que tienen que ser los chicos y que las chicas sean como se supone que tienen que ser las chicas y que, fuera de esas dos cajas, no hubiera nada más. Como policías del género, los insultos más habituales en el instituto son puta para las chicas y maricón para los chicos (el resto nada, que ni siquiera existen). Todxs nos comportamos como policías del género, humillando a aquélx que hace algún atisbo por salirse de la caja, sintiéndonos así más segurxs, sabiendo que nadie va a sospechar de nosotrxs si somos lxs más estrictxs".

Una chica ha dicho entonces que la plumofobia también entraba aquí: "Ser heterosexual también está dentro de la caja, profe, y la plumofobia no tiene por qué tener que ver con la orientación/opción del deseo de a quien discrimina, sino que está castigando eso que dices. Somos una especia de policías que castigamos cuando alguien se sale de la norma que nosotros mismos nos hemos inventado, y eso no puede estar bien".

Para que luego se diga de "lxs adolescentes de hoy".

Fuente de la imagen


Mi King

Todxs nacemos desnudxs. El resto es drag.

El sábado fui a mi primer taller Drag King (cortesía de Revista Píkara y M en conflicto). Hacía muchísimo que quería ir a uno y no era la primera vez que me travestía, pero fue mucho más que travestirse. Vendarse el pecho, abultar el calzoncillo, separar un poco las piernas, modificar el centro gravitatorio, cambiar el peso corporal de un punto a dos, relajar los hombros... Nos cortamos un mechón de pelo que, a continuación, cortamos más menudo para fabricarnos nuestras propias barbas.

Dado que mi sentirme-mujer hace tiempo que es meramente estratégico-político, pensé que no habría mucha diferencia entre ese fingir-sentirme-mujer con un fingir-sentirme-hombre, pero sí la hubo, y la fui mascando poco a poco. Fue todo muy sutil, no conseguí el tan aclamado passing (pasar por hombre), pero tampoco fue esa mi intención. Inscribí una serie de modificaciones minúsculas que consiguieron un cambio mental importante.

Por cierto, recuerdo una tontería: no tenía frío. A lo mejor Nacho tampoco es claustrofóbico ni ansioso. Creo que la timidez era de Loreto. Tiene que seguir practicando. El king engancha. Y ya no lo puedes echar. Camino al trabajo me he encontrado alternando los andares-de-chica con los andares-de-chico, cambiando a placer el centro gravitatorio de mi cuerpo. Tengo ganas de que Nacho interactúe más con el mundo. Pasando (por hombre) y pasando (por eso-es-un-chico-o-una-chica). El juego ha comenzado.

Una vez que el virus king ha sido activado en cada participante, actuará, como sospecha de género, más allá del taller extendiéndose a la vida cotidiana y provocando modificaciones en todas nuestras interacciones sociales. El saber drag king no es la conciencia de ser un imitador de la masculinidad en medio de cuerpos anónimos de hombres y de mujeres, de hombres de negocios y carteros, de madres de familia que empujan carritos, de jóvenes que pegan patadas a los cubos de basura, sino de percibir, por primera vez, a los otros, a todos ellos, como efectos más o menos realistas de repeticiones performativas descodificables como masculinas o femeninas. Al caminar entre sus cuerpos anónimos, sus masculinidades y sus feminidades (al mismo tiempo que la mía) aparecen, por primera vez, como caricaturas de las que, ellos solos, gracias a una convención tácitamente pactada, parecen no ser conscientes.
Beto Preciado, en Testo Yonqui



De curas y maricas


Creo que no hace falta decir mucho sobre el obispo de Alcalá de Henares. José A. Pérez lo resume muy bien en su blog Mi mesa cojea:

El obispo de Alcalá de Henares, que hace poco dijo en La 2 que los gais corrompen a los niños, ahora ha dicho que él no quiso ofender al colectivo homosexual porque, ojo, “todas las personas merecen un respeto, aunque sea un terrorista”. Lo mejor es que, según sus propias palabras, el obispo solo intentaba enterrar la polémica. El día que quiera avivarla igual abre en canal a Pedro Zerolo.


Una amiga me pasa la página del obispado, donde enlazan a algunas páginas para que consultemos recursos científicos. Entre esas páginas, está el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. ¿Adivináis? Sí, tiene una sección específica sobre homosexualidad. Leer los títulos da risa, pero leer los documentos ya es para morirse. En serio, echadle un vistazo, no os vais a arrepentir.

En realidad sería gracioso si no fuera por que no es un chiste. Sería gracioso si a la gente le provocara únicamente lo que provoca a mí: risa y rabia, a partes iguales. Sería gracioso si muchas de las personas que estudian en la Universidad (privada y católica) de Navarra no se lo creyeran. Sería gracioso si no repercutiese en la vida de tantas personas LGTB+ y no LGTB+. Sería gracioso si tuviera la más mínima gracia.

Eso sí es terrorismo de género y no lo de Diana.

Y encima Wert quiere subir las tasas y recortar más en Educación. A él le encantaría que todxs estudiáramos en universidades como esa, ¿no?

Me he acordado de cuando fui a esa universidad con mi compañerx Sara a leer una comunicación en el I Congreso Internacional de Ideología de Género. Recuerdo el crucifijo en mi espalda, sus ponencias previas y posteriores sobre homosexualismo político y cómo pronuncié delante de bocas abiertas y señoras persignándose que el papa no nos deja comernos las almejas (doc).


De Fun Home y de criminales



Me parece increíble que no hubiera descubierto Fun Home: Una familia tragicómica, novela gráfica de Alison Bechdel. Resulta que Bechdel es toda una artista y ayer me lo devoré casi sin respirar. Recomendadísimo.

Escribir sobre literatura con la que está cayendo parece inmoral, ¿no? Pero siempre caen y siempre hay gente que habla de literatura.

Hubo un tiempo en el que me escondía del mundo dentro de los libros. Estaba bien. El problema llegó cuando tuve que salir. Anoche conseguí volver a esconderme durante unas horas. Estaría bien que las bolas de goma y las porras también fueran de papel. No sé qué hacer con esta rabia. Porque soy muy cobarde y (creo que) sé que no saldré a la calle si es muy alto el riesgo de que me detengan. Mira tú, tanta gente jugándose que les maten en el mundo (y no necesariamente lejos) y yo asustada por si me detienen. No me da miedo que me peguen, si me pongo exquisita, ni siquiera me daría miedo que me matasen si fuese rápido y limpio. Pero me dan miedo las aglomeraciones o estar en un registro o en un calabozo sin poder alcanzar mis orfidales. De risa, ¿eh? Menuda antisistema. Tengo ganas de llorar porque siento que no puedo soportar no hacer nada pero al mismo tiempo no hago nada. Luego tengo ganas de llorar porque, efectivamente, no puedo soportarlo.

Así que esta noche, quizá, vuelva a leerme Fun Home. O siga con Arab and Arab American Feminisms, una lectura con la que estoy aprendiendo muchísimo. O termine Muere Tristano. Esa sería muy apropiada.


Sangre

Dos Manzanas informa de la paliza que ha sufrido un jubilado en la Villa Doria-Pamphilj en Roma por defender a una pareja de chicos que fueron atacados por un grupo de diez personas (de entre 16 y 18 años) armados con palos y barras metálicas.

Las agresiones LGTBófobas fueron denunciadas por el jubilado, no así por la pareja. Uno de los chicos se negó porque es un inmigrante ilegal y teme ser expulsado del país. El otro es italiano, pero su trabajo precario correría riesgo si se viera involucrado con estas mariconadas.

Qué manera de imbricarse homofobia, racismo y clasismo, ¿eh? Qué manera de interrelacionarse en la perpetuación de la violencia la chiquillada neonazi y el Estado democrático...

Qué real y qué triste.


Barrio Rojo

Performance en el barrio rojo de Amsterdam. Lo descubro vía Tout Terrain. Genial.



Campaña de concienciación producida por Duval Guillaume Modem en apoyo a Stop the Traffik.


Espacios no mixtos

El otro día discutía con R. sobre los sex shop a los que sólo pueden entrar mujeres (u hombres acompañados por mujeres), como es el caso de Los placeres de Lola, por ejemplo. Así, me quedaba pendiente escribir algo sobre espacios mixtos y espacios seguros. Los espacios no mixtos tienen el objetivo de dar visibilidad a las mujeres, de darle las riendas de la liberación a las oprimidas y de generar espacios de seguridad y arraigo.

Itziar Ziga escribe sobre ello en una entrada sobre el 8 de marzo del año pasado. Me parece que su respuesta es bastante interesante.

1. ¿Por qué os molesta que existan espacios de exclusividad, seguridad, arraigo de mujeres cuando afortunadamente ya existen tantos otros espacios mixtos antipatriarcales y todos se coordinan y encuentran? Sino te sientes cómoda, no vayas.

Respecto a este primer punto, podemos decir que hay infinitos sex shop (muchos más que no mixtos) regentados por hombres y en los que acuden mayoritariamente hombres en los que la presencia de mujeres se ve como excusa para el acoso. Si no te sientes cómoda en un sex shop que suponga un espacio donde las mujeres no se encuentren con esto, no vayas.

Cuando le comentaba esto a R., me decía que él había estado en muchos sex shop y nunca había visto ni sentido esto, y mucho menos hecho y que, entonces, no tenía por qué verse excluido de este espacio seguro. Que él no haya participado activamente de su privilegio masculino no quiere decir que no cuente con él ni que no se encuentre realmente en lo alto de la jerarquía de género que lo lee como "hombre" y lo sitúa entonces en su cúspide de las relaciones de poder. Existen espacios de lucha antipatriarcal y feminista mixtos y antifeministas, más numerosos que los no mixtos, ¿por qué ese interés por participar solo en las ramas que sirven para que las oprimidas se empoderen en un espacio seguro?

El resto de respuestas de Ziga responden a la cuestión de qué son "las mujeres" ¿A quién estamos permitiendo la entrada y a quién estamos excluyendo? ¿De qué sirve hablar de post-género, de qué sirve hablar de inexistencia de hombres y mujeres si no denunciamos, al mismo tiempo, la materialidad de una jerarquía inherente a la construcción del sistema sexo/género/deseo?

2. ¿Para qué (y para quién) sirven los discursos no binarios que no denuncian la jerarquía heteropatriarcal entre géneros, es decir, que no son feministas?
3. ¿Por qué nos empeñamos en restar, en jerarquizar, en superar impostadamente lo que sangra, en vez de en sumar, mutar, confundir? ¿Por qué nos pedís a veces que renuciemos a un sujeto político mujeres tan potente políticamente y tan desesencializado (gracias a la lucha trans e intersex, y no sólo)? ¿Por qué ser tan gilipollas y tan irresponsable políticamente y dar un salto al vacío?
4. ¿Quién es tan imbécil como para asegurar que el género no existe? El género es construído, esa es su definición (me parto de risa cada vez que alguien dice que hay que desesencializar el género, karis, volved al parbulario en feminismo). Pero eso no quiere decir que no exista. ¿Tampoco existe la raza? Decírselo a las gitanas que están siendo expulsadas de la maldita Europa supremacista.
5. ¿Quién hostias os ha dicho que ser queer (me parto) o autoafirmarse híbrido, genderfucker, ameba, es superior en vuestra imaginaria escala revolucionaria que nombrarse mujer como estrategia política (o bollera)?
6. ¿Qué alianzas se pueden construir negando la identidad de la otra? Porque yo necesito a las moras con hyjab, a las trabajadoras del hogar cabreadas, a las dones no estàndars, a las putas, a las que han sobrevivido (y se han empoderado) tras un cáncer de mama,...