frances: undateable


Antes no lloraba nunca en el cine y los últimos meses lo hago con todas las películas: desde Her (Spike Jonze, 2013) hasta Amarcord (Federico Fellini, 1973) u Omar (Hany Abu-Assad, 2013); y, si el sábado hubiera ido a ver Spiderman 2, habría llorado también.

Frances Ha (Noah Baumbach, 2012) es tan pedante y pretenciosa que una crítica la ha definido como "un episodio de Girls dirigido por Truffaut", la protagonista busca referencias de la obra de Virginia Woolf para describir su vida y viaja un fin de semana a París leyendo a Proust. Y seguro que, además, Baumbach no es el nuevo Woody Allen ni sus películas tienen nada que ver con Wes Anderson. Pero esto tampoco es una crítica del filme, así que me da igual.

En realidad tan solo quería describir dos escenas. La primera, para poder entender la otra, es aquella en la que Frances, bastante borracha y bastante perdida en su vida y desorientada en una fiesta de "personas demasiado mayores", bueno, "no mayores que ella pero sí más maduras", dice: "Es eso, cuando estás con alguien, y le quieres y lo sabe, y te quiere y lo sabes... pero estáis en una fiesta... y cada unx está hablando con otra persona, y estás riendo... y miras a través de la habitación y vuestras miradas coinciden... porque... no porque seas posesivx, ni es algo necesariamente sexual... sino porque... porque esa es tu persona en esta vida. Y es divertido y es triste, pero solo porque esta vida acabará, y nadie sabrá de ese mundo secreto que existe justo aquí y ahora en público, pero imperceptible. Es como cuando hablan de otras dimensiones que existen entre nosotrxs, pero que no tenemos la habilidad de percibir. Eso es lo que quiero de una relación. O de la vida, supongo".

Frances tiene ligues durante la película pero ninguna pareja ni historia de amor romántico. En la última secuencia, un chico con el que el guión había amenazado con emparejarla en un par de ocasiones le hace ver que está soltero y parece que van a besarse o a pedirse salir o algo por el estilo. Pero, entonces, en la siguiente y última escena, Frances habla con su jefa y ríe mientras mira de reojo a alguien: "¿a quién le haces ojitos?", le pregunta; "A Sophie", contesta, "es mi mejor amiga". Sophie también habla con alguien, en la otra esquina de la habitación, en esa fiesta, también ríe, y también la mira. Ahí fue cuando lloré.

Le decía a unxs amigxs que hace años, tras una ruptura importante, podía pensar en comer helado viendo películas de Bridget Jones (porque comer helado -y torrijas- viendo Chicas Malas lo hice la semana pasada y no tiene absolutamente nada que ver). Ahora, sin embargo, leemos Mari Luz Esteban y buscamos referentes culturales que des-jerarquicen la pareja y el amor romántico sobre otro tipo de relaciones. Y por supuesto que la relación entre Frances y Sophie no es el mejor referente, ya que en la película reproduce algunas dinámicas poco saludables (celos y exclusividad, principalmente), pero supongo que anoche me pareció más que suficiente.

Siento que los últimos meses he convertido este blog en una carta de amor a todxs mis amigxs, but it's my party and i cry if i want to.

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